lunes, 21 de mayo de 2012

Prisión dorada


                                                                                                       Atardecer
                                                                                          con sombras enjauladas.
                                                                                               Se duerme el patio


Patio de ladrillos, personajes con muchos años y recuerdos  lo recorren y siguen encerrados en la memoria de Rosa.
Vive allí desde su infancia, esos seres la acompañan en sus días largos.
La casa tiene rejas y una jaula enorme, ubicada en  medio del patio, debajo de la higuera.
Dentro de esa dulce prisión, un cardenal ensaya su canto. Los canarios en nidos prolijos, intentan descendencia. Liban zanahorias para teñir sus plumas.
Gatos traicioneros acechan a los pájaros.
Los recuerdos acechan a la prisionera de la casa.
Las sombras están en su cabeza de jaula.
Se duerme el patio. Rosa sueña otra vida. Regresa a la infancia y vuelve a entrar a la casa.
Reconoce cada rincón. Cada planta: tacos de reina, el naranjo, las margaritas florecidas.
El secreto temblor de las plantas entra por todo su cuerpo.
Vuelve a sus sueños de niña: a sus muñecas, al piano, a sus lecturas (Capdevila, Corín Tellado), a los mapas, a los bailes.
Los vecinos y los amigos. Reuniones con asado y risas. Despedidas y reencuentros, en ese patio viejo. La parra, la higuera y los ladrillos gastados.

Todo brilla en su memoria.

2 comentarios: