Soledad de las palabras

Esta soledad, imbuida de muerte,
es una niña extraviada / con
niebla azul en los ojos / y un
frío gris en los labios.
Su voz corroe la distancia.
Cierto silencio deshace las miradas.
El sol en su ebriedad da
inercia al agua de los ríos.

Se suicidan las palabras.

                                      12/01/2012
                         Pta. Mogotes.

Mágica luna

Hoy la luna no rueda por Callao.

Está colgada al norte de Colón.

Espejo plateado, en este enero,

iluminas mis ojos, mi corazón.

Luna llena, alientas mis sueños imposibles.

Mi espíritu joven, en este gastado carro de

huesos, no se rinde. Y tú, mágica luna lo

alimentas mientras brillas sobre el mar.

                                8/1/2012

Sosiego

Desorganizo, éste mi silencio

lo creo innecesario.

Llegan sonidos
concordantes

zambas y boleros.

Llueve, esa música convoca

mi memoria./ La nostalgia

separa aguas en recuerdo,

es quilla de mi barco cansado.

Vuelvo a un tiempo joven.

Aprendizaje. Descubrimientos.

Bailes.
Abrazo de danza lenta. Guitarras.

Camino en azules campanillas.

Dicha
inasible de esos años.

Música mágica en mi retiro lejano.

Luz, mis pasos con silencio.

Cenizas esmeraldas, pájaros en el alba.

Dos acordes me dan el nombre justo de las cosas.
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“…si el mundo está dentro de uno/ ¿afuera por qué mirar?...”

            “A qué le llaman distancia”, de A. Yupanqui.

Enhebrando amaneceres

Betún de muerte, mi corazón

desenhebrado es un pellejo seco

que recorre senderos pedregosos.

Opaca orillas. / Luceros apagados

lloran la tierra, que abandona

mi pupila negra y descarnada.

Mano huesuda que devora

madrugadas, tumba manadas.

Distrae atardeceres azules.

Hunde la noche en llamaradas.

Agita las camas del rocío.

Traspasa los balcones de la luna.

                     Brandsen, 9/12/2011