21 de septiembre. Pic-nic.
Vuelvo al secundario, será por una telenovela que seguía?.
No tuve fiestas de la primavera, ni pic-nic
como los otros chicos.
Nunca me dejaron salir en grupo.
Desconfiaban del alboroto que se hacía en esas fiestas.
Hubo en Quilmes una mujer, (la llamaban la
“alemana loca”), que había perdido a su hijo en una fiesta del Día de la Primavera,. Se había
ahogado en la ribera, contaban. Recuerdo los gritos de la vieja cuando veía
guardapolvos blancos:”Chicos colegio, porquería…”.
Quizá el miedo, a esos festejos, estuvo
marcado por ese desgraciado episodio.
Recuerdo dos hechos especiales de esa
fecha. En uno mi amiga-hermana me pidió algo prestado para ir a su primer
pic-nic. Yo tenía dos blusas nuevitas., me parece verlas: una verdecita y otra
a rayas rojas y blancas. No recuerdo cual eligió, pero fue ella quien la
estrenó.
Otra vez, mi novio iría con sus compañeros
a festejar a La Reja
(nunca logré saber donde quedaba). Vinieron a casa a invitarme unos conocidos
que, supuestamente no tenían conexión con él, pero no sé por qué rara intuición
de mi tía, se me negó el permiso.
Así que nunca festejé, como los demás, el
día de la primavera. Íbamos con mis compañeras y las monjas, al Parque de la Cristalería Rigolleau,
en Berazategui, ya que la hija del Director de la empresa estaba en mi curso.
Era muy lindo, pero todo muy contenido y controlado.
Tampoco tuve viaje de egresada, no se
acostumbraba todavía. Todos los fines de año hacíamos un viaje a Luján con la Hermanas Rosarinas,
que para mí eran muy divertidas. Mis compañeras quizá no lo creyeran así, pero
yo disfruté siempre del paseo, única
ocasión en la que salía con mis pares.