lunes, 23 de septiembre de 2013

Ya está la primavera inaugurada




Llegó como siempre
junto al frío. Nos
inundó de luz
y sacamos los temores
de volver a amar.
De donar el corazón
con los colores.

“Todo lo hizo un pájaro
                           sencillo”
que desde un árbol, con
su canto, despertó
las ganas de soñar
y de vivir la vida.

“Por mi jardines vuelan
ya las primeras mariposas”


(Junto a Neruda y Alfonsina)

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Primavera

21 de septiembre. Pic-nic.
Vuelvo al secundario, será por  una telenovela que seguía?.
No tuve fiestas de la primavera, ni pic-nic como los otros chicos.
Nunca me dejaron salir en grupo. Desconfiaban del alboroto que se hacía en esas fiestas.
Hubo en Quilmes una mujer, (la llamaban la “alemana loca”), que había perdido a su hijo en una fiesta  del Día de la Primavera,. Se había ahogado en la ribera, contaban. Recuerdo los gritos de la vieja cuando veía guardapolvos blancos:”Chicos colegio, porquería…”.
Quizá el miedo, a esos festejos, estuvo marcado por ese desgraciado episodio.
Recuerdo dos hechos especiales de esa fecha. En uno mi amiga-hermana me pidió algo prestado para ir a su primer pic-nic. Yo tenía dos blusas nuevitas., me parece verlas: una verdecita y otra a rayas rojas y blancas. No recuerdo cual eligió, pero fue ella quien la estrenó.
Otra vez, mi novio iría con sus compañeros a festejar a La Reja (nunca logré saber donde quedaba). Vinieron a casa a invitarme unos conocidos que, supuestamente no tenían conexión con él, pero no sé por qué rara intuición de mi tía, se me negó el permiso.
Así que nunca festejé, como los demás, el día de la primavera. Íbamos con mis compañeras y las monjas, al Parque de la Cristalería Rigolleau, en Berazategui, ya que la hija del Director de la empresa estaba en mi curso. Era muy lindo, pero todo muy contenido y controlado.
Tampoco tuve viaje de egresada, no se acostumbraba todavía. Todos los fines de año hacíamos un viaje a Luján con la Hermanas Rosarinas, que para mí eran muy divertidas. Mis compañeras quizá no lo creyeran así, pero yo  disfruté siempre del paseo, única ocasión en la que salía con mis pares.

  

martes, 17 de septiembre de 2013

Día del Profesor El 17 de septiembre se conmemora el día del profesor, debido al fallecimiento del profesor, orador, escritor, periodista y educador José Manuel Estrada.

José Manuel Estrada nace en 1842. Fue uno de los creadores de la Unión Civica. Autor de significativos estudios históricos, entre los que se hayan: "Orígenes de nuestra raza", de 1861 y "El catolicismo y la democracia", 1862. Ejerció como profesor secundario y universitario, defendiendo la libertad de cátedra a través de la manifestación de sus ideas.
 
En 1884, destituido de sus cargos por  manifestarse en contra de la Ley 1420 de educación, que sostenía la educación pública, gratuita, obligatoria y laica; recibe la adhesión de sus alumnos que acuden a su casa para homenajearlo y despedirlo.
 
En 1891 es designado embajador plenipotenciario en el Paraguay, en donde reside hasta su deceso el 17 de septiembre de 1894.

 

martes, 10 de septiembre de 2013

La oración de la maestra

¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de maestra, que Tú llevaste por la Tierra. 

Dame el amor único de mi escuela; que ni la quemadura de la belleza sea capaz de robarle mi ternura de todos los instantes. 

Maestro, hazme perdurable el fervor y pasajero el desencanto. Arranca de mí este impuro deseo de justicia que aún me turba, la mezquina insinuación de protesta que sube de mí cuando me hieren. No me duela la incomprensión ni me entristezca el olvido de las que enseñé. 

Dame el ser más madre que las madres, para poder amar y defender como ellas lo que no es carne de mis carnes. Dame que alcance a hacer de una de mis niñas mi verso perfecto y a dejarte en ella clavada mi más penetrante melodía, para cuando mis labios no canten más. 

Muéstrame posible tu Evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla de cada día y de cada hora por él. 

Pon en mi escuela democrática el resplandor que se cernía sobre tu corro de niños descalzos. 

Hazme fuerte, aun en mi desvalimiento de mujer, y de mujer pobre; hazme despreciadora de todo poder que no sea puro, de toda presión que no sea la de tu voluntad ardiente sobre mi vida. 

¡Amigo, acompáñame! ¡Sostenme! Muchas veces no tendré sino a Ti a mi lado. Cuando mi doctrina sea más casta y más quemante mi verdad, me quedaré sin los mundanos; pero Tú me oprimirás entonces contra tu corazón, el que supo harto de soledad y desamparo. Yo no buscaré sino en tu mirada la dulzura de las aprobaciones. 

Dame sencillez y dame profundidad; líbrame de ser complicada o banal en mi lección cotidiana. 

Dame el levantar los ojos de mi pecho con heridas, al entrar cada mañana a mi escuela. Que no lleve a mi mesa de trabajo mis pequeños afanes materiales, mis mezquinos dolores de cada hora. 

Aligérame la mano en el castigo y suavízamela más en la caricia. ¡Reprenda con dolor, para saber que he corregido amando! 

Haz que haga de espíritu mi escuela de ladrillos. Le envuelva la llamarada de mi entusiasmo su atrio pobre, su sala desnuda. Mi corazón le sea más columna y mi buena voluntad más horas que las columnas y el oro de las escuelas ricas. 

Y, por fin, recuérdame desde la palidez del lienzo de Velázquez, que enseñar y amar intensamente sobre la Tierra es llegar al último día con el lanzazo de Longinos en el costado ardiente de amor.


                                                                             Gabriela Mistral