lunes, 19 de noviembre de 2018

Besos

Hay besos que pronuncian por sí solos 
la sentencia de amor condenatoria, 
hay besos que se dan con la mirada 
hay besos que se dan con la memoria. 

Hay besos silenciosos, besos nobles 
hay besos enigmáticos, sinceros 
hay besos que se dan sólo las almas 
hay besos por prohibidos, verdaderos. 

Hay besos que calcinan y que hieren, 
hay besos que arrebatan los sentidos, 
hay besos misteriosos que han dejado 
mil sueños errantes y perdidos. 

Hay besos problemáticos que encierran 
una clave que nadie ha descifrado, 
hay besos que engendran la tragedia 
cuantas rosas en broche han deshojado. 

Hay besos perfumados, besos tibios 
que palpitan en íntimos anhelos, 
hay besos que en los labios dejan huellas 
como un campo de sol entre dos hielos. 

Hay besos que parecen azucenas 
por sublimes, ingenuos y por puros, 
hay besos traicioneros y cobardes, 
hay besos maldecidos y perjuros. 

Judas besa a Jesús y deja impresa 
en su rostro de Dios, la felonía, 
mientras la Magdalena con sus besos 
fortifica piadosa su agonía. 

Desde entonces en los besos palpita 
el amor, la traición y los dolores, 
en las bodas humanas se parecen 
a la brisa que juega con las flores. 

Hay besos que producen desvaríos 
de amorosa pasión ardiente y loca, 
tú los conoces bien son besos míos 
inventados por mí, para tu boca. 

Besos de llama que en rastro impreso 
llevan los surcos de un amor vedado, 
besos de tempestad, salvajes besos 
que solo nuestros labios han probado. 

¿Te acuerdas del primero...? Indefinible; 
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos 
y en los espasmos de emoción terrible, 
llenáronse de lágrimas tus ojos. 

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso 
te vi celoso imaginando agravios, 
te suspendí en mis brazos... vibró un beso, 
y qué viste después...? Sangre en mis labios. 

Yo te enseñé a besar: los besos fríos 
son de impasible corazón de roca, 
yo te enseñé a besar con besos míos 
inventados por mí, para tu boca.


                          Gabriela Mistral 

lunes, 21 de mayo de 2018

Haikus

Veo gaviotas
Está celeste pleno
hoy mi ventana

La ventana gris
Música, lluvia leve,
mis sueños rotos

Cielo opaco
anclado a mi nostalgia
sueño irreal

lunes, 16 de abril de 2018

Whisky

Tomamos
Festejamos
Whisky y chocolate
Buena mezcla
Grata compañía
Sueños, viajes
Hijos, nietos, alegrías
Tarde feliz
Gracias, quizá, a
ese noble Whisky.

viernes, 13 de abril de 2018

Haikus

Mariposa azul
sobre últimas rosas
pintan mi otoño

Terraza verde
molino gris, feliz hoy
descansa mi alma

Mañana sin sol
sábado de gloria gris
silencio total

Malvinas ayer
hoy recuerdos lejanos
muy triste guerra

Haikus en Sierra de los Padres,2018

lunes, 12 de marzo de 2018

Buenos Aires, 14 de noviembre de 1909


Ramón L. Falcón regresa de despedir a un amigo (A. Ballvé) en el cementerio de La Recoleta, junto a su secretario Juan Alberto Lartigau.
En la esquina de Quintana y Callao, el joven anarquista Simón Radowisky, de 17 años, recién llegado de Ucrania, arroja una bomba de fabricación casera contra el carruaje de Falcón, ésta les estalla entre las piernas. Ambos ocupantes fallecen antes de llegar al hospital. Los dos se encuentran en La Recoleta en sendos mausoleos emplazados frente a frente.
Mientras esto sucede, en la mansión de Lartigau, Rosalía Pérez Blanco (asturiana), el ama de llaves, (mi abuela) esperaba el regreso del joven. Al conocer la noticia del atentado sufre un fuerte impacto. Ante la posible pérdida de su embarazo, de dos meses, la familia Lartigau paga un pasaje a España para el matrimonio SanJusto- Pérez Blanco.

Fue así que mi madre (Cándida E. San Justo) nació en Villa de Santiz, Salamanca, España, (el pueblo de mi abuelo Nemesio San Justo), el 23 de junio de 1910.   

domingo, 11 de marzo de 2018

.                    VILLA  LANQUÍN
                                   “…presencia mañanera de la bruma…”
                                                              M. Berbel

Bruma mañanera del Limay
Río de niebla en la montaña
Álamos dorados, pinos verdes
yuyos secos , rojizos
iluminan el camino.

Despido el Sur.

                                      PATAGONIA
                                                     “Para que quieren tantas
                                                    orejas si no saben escuchar”
                                                                              H. G. Agüero

Huella pampa…atrás…

Tierra árida, valle de
Fruta y dinosaurios
Vino nuevo, piedra
                      antigua

Aonikén, tehuelches
Santos mutilados
Ceferino y tantos más
Aguas azules copian
Cielo tatuado de nubes

Verde, plata y oro
Juega el otoño