“Vive con intensidad tu vida
y no dejes nunca de soñar”
W.W.
Mis ojos están
empañados en un laberinto diáfano. Chisporroteos de colores acunan mi soledad
penosa y voluntaria.
En esa tarde
larga e infinita, donde un abanico de silencio nos cubrió, imaginé este lugar
inviolado y perfecto. ¡Esta plaza! ¡Mía!
Mía, por las
mañanas, cuando todavía nadie abandonó sus sábanas y aún una pausa vaga cubre
los restos de la noche.
Entonces quisiera
recostarme sobre el pasto, cubierto de rocío, y disfrutar del gorjeo de los
pájaros, y del verde húmedo, y del cielo que se tiñe de un rojo insoslayable.
¡Mirar al
infinito!
¡Y encontrarte!
esa plaza es tu casa en madrugada,te habla y te deja soñar
ResponderEliminarcasi niebla y sol a punto...provee
no cualquiera tiene una plaza en la palma de la mano a la vuelta de la esquina
una prosa poética cargada de sentimientos e imágenes...muy buena!
GRACIAS.
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