Extraviada
Abre los ojos. La habitación es maléfica. Está vacía.
Como puede se levanta de la cama. La puerta está cerrada por
fuera; divisa un candado.
Trata de gritar. Su voz no se oye. Vuelve a hacerlo con
insistencia.
Aparecen dos enfermeras, la toman de los brazos, la acuestan
y la atan a la cama.
Duerme bajo los efectos de los calmantes. Despierta, vuelve la lucha y reclama la salida. Cree que es un
sueño. ¿Qué hace en este lugar? ¿Quién la trajo?
No puede precisar
nada.
Llega un médico. Lo increpa. Él le responde vagamente. Luego
le dice:
-Ve más lejos, traspasa la fina trama de este cielo
protector. Descansa.