martes, 30 de julio de 2013

Extraviada

                                        Extraviada


Abre los ojos. La habitación es maléfica. Está vacía.
Como puede se levanta de la cama. La puerta está cerrada por fuera; divisa un candado.
Trata de gritar. Su voz no se oye. Vuelve a hacerlo con insistencia. 
Aparecen dos enfermeras, la toman de los brazos, la acuestan y la atan a la cama.
Duerme bajo los efectos de los calmantes. Despierta, vuelve  la lucha y reclama la salida. Cree que es un sueño. ¿Qué hace en este lugar? ¿Quién la trajo?
 No puede precisar nada.
Llega un médico. Lo increpa. Él le responde vagamente. Luego le dice:
-Ve más lejos, traspasa la fina trama de este cielo protector. Descansa.



¿Qué cielo traspasará?  ¿Éste agresivo y brutal o habrá otro donde encontrar amor para salir de la locura, donde la exclusión no sea la forma de curar?

lunes, 1 de julio de 2013

Angustia

                     

                                             El cielo azul no quería llorar
                                                                      pero lloraba



Este cielo perdido arrulla mis nostalgias.

Esa voz ausente derrama silencio en mi
                                           alma desmedida.

Este hueco frío de su partida cierra todas
                                           mis creencias.

No espero nada. Un manuscrito vencido
escucha el fuego que lo anula.

 No escribiré más. No lo vale.

No tengo ansías nuevas.

Mi espíritu amanece sobre la arena del
                                            recuerdo.

Mi aliento abrumado descubre la aurora
                                            húmeda del río.

El amanecer aclara mi rígido horizonte.

Mi angustia regalada, en el crepúsculo,
                                  va y viene como un rayo.

Cierra puertas. Escucha. Trae, ese, mi
                                          silencio predicho.


Desaparece.