miércoles, 25 de abril de 2012

Condena


                                                                              “La suerte baraja las cartas
                                                                                          y nosotros jugamos”
                                                                                                 A. Schopenhauer.
  


Una total sensación de  angustia, terror y soledad lo poseyó. Se sintió atrapado.
Emil es flaco, aunque su cuerpo parece amorfo. Su rostro seco y enjuto revela los años de sufrimiento en aquel lugar remoto.
Esa isla en el Mar del Norte. Esa casa embrujada. Ese viento infernal.
Recuerda el incendio. Recuerda a su madre y las murmuraciones. ¿Se ganaba  la vida acostándose con hombres? Lo creyó siempre, a pesar de sí mismo. Ya no le molestaba saberlo. Al menos habían tenido comida.
Fue la vida que les tocó recorrer. Pero esa noche, cuando la encontró en la cama con su profesora, se torció su destino.

El recuerdo se nubla. Sólo se ve con un leño encendido. Lo arroja sobre las dos mujeres.
Corre sin destino. No podrá dormir.

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