sábado, 24 de agosto de 2013

Encuentro en Fray Bentos

                                                              “La riqueza de la vida está hecha
                                                                          de recuerdos y olvidos”
                                                                                                CESARE PAVESE





Nora decide recorrer el mundo. Sale de su “Casa de Muñecas”, disfruta toda la  libertad, después de su separación.
Su largo peregrinar la lleva a Gualeguaychú. Decide ir a Fray Bentos. Aquella balsa la deja en tierra Oriental. Allí vive, con su madre, un tal Ireneo, “compadrito con ciertas incurables limitaciones”. Tiene trece años, es conocido por sus rarezas: intuye la hora como un reloj y no se  da con nadie.
Nora e Ireneo sentados bajo la “higuera del fondo”, conversan sobre la vida. Ella lo escucha asombrada. Insinúa contarle su historia, pero él la interrumpe y le dice”:m’hija
Usted dejó su casa porque su marido, como su padre, la creía incapaz de resolver las cosas por sí sola”. Ireneo lo dice como si hubiera estado allí y le aconseja:”Ya creció, puede  enfrentar a su esposo y a quien trate de avasallarla. Ha logrado seguridad y ya puede tomar decisiones y dirigir a su familia”.
Nora le dice: “Recuperaré a mis hijos, pero no volveré con quién no creyó en mí. El amor sin confianza no sirve”.
Vuelve a su país para empezar una nueva vida, sin dominaciones.
Ireneo es volteado por un redomón y queda postrado hasta su muerte, pero esto hace que su percepción y su memoria sean infalibles. Borges sospechó: “que no era capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles casi inmediatos.”. Funes dijo de sí mismo:”Más recuerdos tengo yo solo que los que habrán tenido todos los hombres desde que el mundo es mundo”.    

Hubiera sido bueno, para Nora e Ireneo, poder olvidar algunas cosas.

2 comentarios: