“La riqueza de la vida está hecha
de recuerdos y olvidos”
CESARE
PAVESE
Nora decide recorrer el mundo. Sale
de su “Casa de Muñecas”, disfruta toda la libertad, después de su separación.
Su largo peregrinar la lleva a
Gualeguaychú. Decide ir a Fray Bentos. Aquella balsa la deja en tierra Oriental.
Allí vive, con su madre, un tal Ireneo, “compadrito con ciertas incurables
limitaciones”. Tiene trece años, es conocido por sus rarezas: intuye la hora
como un reloj y no se da con nadie.
Nora e Ireneo sentados bajo la
“higuera del fondo”, conversan sobre la vida. Ella lo escucha asombrada.
Insinúa contarle su historia, pero él la interrumpe y le dice”:m’hija
Usted dejó su casa porque su
marido, como su padre, la creía incapaz de resolver las cosas por sí sola”.
Ireneo lo dice como si hubiera estado allí y le aconseja:”Ya creció, puede enfrentar a su esposo y a quien trate de avasallarla. Ha logrado seguridad y ya puede tomar decisiones y dirigir a su
familia”.
Nora le dice: “Recuperaré a mis
hijos, pero no volveré con quién no creyó en mí. El amor sin confianza no sirve”.
Vuelve a su país para empezar una
nueva vida, sin dominaciones.
Ireneo es volteado por un redomón y
queda postrado hasta su muerte, pero esto hace que su percepción y su memoria sean
infalibles. Borges sospechó: “que no era capaz de pensar. Pensar es olvidar
diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había
sino detalles casi inmediatos.”. Funes dijo de sí mismo:”Más recuerdos tengo yo
solo que los que habrán tenido todos los hombres desde que el mundo es mundo”.
Hubiera sido bueno, para Nora e
Ireneo, poder olvidar algunas cosas.
Humilde homenaje a Borges y a Ibsen.
ResponderEliminarmuy bueno, lo había leído cuando el concurso , creo ,no?
ResponderEliminar