Retazos de memoria. Regreso a mi infancia: una fábrica con botellas y etiquetas. Hoy es una galería.
Todo igual y tan distinto. Remozado, decorado. Lajas en lugar de adoquines. Baldosas nuevas en las veredas angostas, las formas intactas...
Veo escritorios, biblioratos y máquinas de escribir. Empleados trabajan, se paran ante la llegada del patrón, saludan. La mañana dependerá de su humor.
Abruma el ambiente, serio y empacado, a esa niña que fui. Mis visitas de la mano de mi padre me auguraban un día especial.Rodeada por todos y agasajada, me hacían el centro de la oficina. Era feliz.
Regreso allá en el recuerdo y vuelvo a ser feliz.
Los recuerdos nos hacen felices a veces a veces son nadamas que recuerdos
ResponderEliminarun abrazo
Soy muy feliz con mis recuerdos y escribirlos es otra forma de felicidad.
EliminarGRACIAS POR LEERME.
Eliminarse, de aquello, quizás era un libro que nunca se pierde, por eso está en voz
ResponderEliminarla felicidad en la infancia, por suerte, se alimenta de pequeñas cosas que quizás para los obreros y empleados tenían otro significado, dado ese ambiente serio y empacado que describís y escapaban de él con vos , para vos y para ellos